El huevo que no sabe a huevo, las recetas repetidas -como quién sigue un protocolo de laboratorio- que no reproducen los sabores y por tanto las emociones y los recuerdos que quiero evocar.
El conflicto de que me guste la pepsi cuando en Bogotá la detesto.
Me he perdido un poco en los afanes de aferrarse.
Por qué me siguen preguntand0 de que sabor quiero mi tinto?
¡Pues sabor a café! De ese sabor lo quiero, me gusta negro sin azucar, sin leche, sin nada más. Eso no lo pienso ceder.
Sigo queriendo que cuando "Y" y yo nos tomemos un tinto juntos no se estrese y me vea como una amiga además de su compañera de laboratorio. A veces creo que es mucho pedir, creo que somos amigos en sus términos y eso es mejor que nada, especialmente por que ahora tomo más té que tinto.
Todavía se siente incómodo con los piropos sobre su trabajo.
Se siente mucho más incómodo si lo invito a algo y se siente muchísimo más incómodo cuando me tiene que pedir un favor.
¿Como somos amigos?
No sé, como el quiere. En eso si cedo, a veces hay que ceder y hay que escoger en qué, aquí si vale la pena.
Ayer hablamos rico, mientras él montaba muestras, me senté en el escritorio diagonal a su mesa de trabajo y tomándome el té de la tarde hablamos de lo de Wikileaks, coincidimos en que no queremos que USA se vaya a la quiebra antes de que tengamos nuestros títulos.
Sólo en eso.
Él dice que todo lo políticamente correcto esta muy sobrevalorado y que Assange está haciendo un muy buen trabajo. Yo creo que Assange es un personaje muy interesante y me intrigan sus motivos y su "filosofía"
Pero me intriga más él.
Quiero entender como ve todo, y por qué me pregunta lo que me pregunta. Es el único acá con el que se puede hablar dejando lo políticamente correcto en la silla. Es otra perspectiva, es una invaluable.
Trato de estar abierta a las opciones, el no. Es ahí cuando se termina la conversación. Sin resentimientos, sin nada más.
Me intriga mucho Y.
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