Me desperté, 4am, no me voy a levantar tan temprano, pienso en los experimentos del día, son varios, habrá que llegar a las 7am, o eso digo, me acuesto de nuevo.
Esta lloviendo, me falta el aire, me levanto a tomar agua, no prendo luces, fue un día largo para las demás, me falta el aire, ¿dónde deje el agua?
Me demoro más prendiendo el computador que empezando a escribir.
Hijueputa sueño.
Trabajo en Medellín en un hospital en urgencias.
Mi enfermero jefe grita por una unidad de sangre mientras esperamos que llegue la persona herida que luego trasladaremos a otro hospital más grande.
La auxiliar de enfermería en su primera rotación real, se desmaya al ver la bolsa de sangre que preparamos.
Afuera se oyen gritos, nos asomamos, un par de tiros resuenan en la calle, la gente grita, de una miscelánea salen 3 personas forcejeando, uno es un policia, el tipo saca su arma y dispara de nuevo, luego a punta a dos niños que mendigaban en la esquina, a 3 metros de él, les dispara. Arenga frases de limpieza social y la gente aplaude. Aplaude
Corro hacia los niños sin salir completamente de la reja que protege la entrada del hospital, gritando que no se muevan, que sangran más, viene mi enfermera jefe, grita más duro, grita conmigo, los niños no nos oyen, nos gritan "pirobas, ayuden". Tengo miedo de salir a la calle, no quiero que me disparen.
Me despierto.
Cuando mi cerebro hace vainas como las de esta madrugada, luego de un día de 12hrs en el laboratorio donde todo está cambiando, no se que es peor, si soñar con el rural que nunca hice, armado de retazos de los casos que vi mientras fuí "médico de verdad" o si de verdad eso me hubiera pasado.
No me arrepiento de hacer lo que hago, disfruto mi trabajo, pero me duele pensar que hay algo de estrés post-traumatico en todo esto, después de todo, tanta mierda si termina jodiendolo a uno, tanto como para hacerme despertar a las 6 am y escribir sobre eso.
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