Hacemos dos filas a ver quién llega primero y compra la gaseosa antes de entrar a cine. Frente a él una pareja de novios se abrazan y veo con horror el culo más inmundo de la vida, por lo menos 4kg de silicona en un cuerpo de 1.50 y 45 kilos de peso. Le hago señas y él se acerca, le susurro al oído, “Mira ese culo tan enorme” Lo mira con auténtica cara de asco y me dice “¡Que inmundo!” le digo “¡Pobrecita! cuanto habrá pagado pa' verse tan monstruosa” mientras pienso con tristeza en mi culo gordo y aplanado fruto de la lechera con la que almorcé hace unas semanas antes, me mira, me abraza y me dice “Usté porque es tan hermosa, ¿ah? Es la única mujer con la que he estado que me muestra un culo pa' verlo” Sonrio y pienso que igual los va a ver, que se lo señale solo hace que lo haga mas rápido y que yo sepa cual es el que está viendo.
Compramos la Soho, le digo a la señora de la casetica “¿Cuántas mujeres ha visto que compren la Soho pa' leerlas con el novio?” Me dice “Muy poquitas, ¿se la envuelvo en bolsa blanca para que no vean que es?” “No señora, asi nomás” Igual me la envuelve como si llevara porno.
Miramos a Sarah Corrales en la portada, le pregunto si le parece “bonita”, Me dice “Las tetas se le ven lindas pero deben ser de mentiras, no, no me parece tan bonita” Sonrio por que a pesar de eso se queda mirando fijamente la portada. Recuerdo que ser bonita y estar buena son dos cosas distintas, y aun así me parece que aunque la Sara Corrales tenga semejante cuerpazo, hecho o no, se ve como sucia, como trajinadita, como no se, como que me da asco, pienso que si fuera man no le haría, pero bueno, la revista no la compramos por la Corrales, fué por leer a Petro.
La revista lleva dos días sobre la mesa, la cogí solo hoy, me gusta la forma de las palabras y la sintaxis del español, me siento como rara que todo esté en español, es hermoso, leo y me da frío, mi té se enfrío y mi papá trabaja desde las 4 de la mañana en el escritorio del lado. Mi mamá se pasea diciendo que como podemos vivir en semejante desorden y el olor del arroz hecho por sus manos me asalta la nariz. Me da nostalgia que no me quede igual y que el arroz gringo parvolizado me sepa tan horrendo, me doy cuenta que el arroz de mi mamá es salado y que así me gusta.
Caracol radio dice que son las 12 y 15 minutos y yo me siento en el cielo. Porque si el cielo existe el mío es algo muy parecido a esto, solo me falta algo, él sabe que es él.
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